APRENDIENDO MI NOMBRE

Aprendiendo mi nombre

Estudiantes de salita de 4 del Jardín Maternal Municipal Travesuras, a través de una divertida actividad, dieron sus primeros pasos en el proceso de alfabetización, ordenando y reconociendo las letras de sus nombres.

Aquella jornada no sería una más para los y las estudiantes del Jardín Travesuras, ubicado en pleno corazón del Barrio Villa Allende Parque. Apenas llegaron a la escuela cargando todo su entusiasmo, vieron que la seño Silvina les tenía preparada una sorpresa: aprenderían las letras que componen sus nombres.

Sobre el profundo azul celeste de la mesa de trabajo, cientos de cuadraditos blancos con letras negras pintadas al centro, daban vida a una especie de rompecabezas, listo para ser armado por los y las estudiantes. Con paciencia, bajo la supervisión de su maestra, comenzaron a ordenar las letras y a combinarlas para formar sus nombres, que previamente habían escrito ellos mismos. A medida que veían los progresos en su tarea, comenzaron a entusiasmarse: “Tenemos la misma letra”, se decían mirándose entre sí. “¡Mirá seño, me sale escribir mi nombre!”, expresó feliz una niña.

“Si bien, la escritura del nombre propio en sala de 4 es una práctica central en la alfabetización inicial —porque articula lo afectivo con lo cognitivo—, esta propuesta fue de lo más enriquecedora y significativa. Todos se sumaron y se mostraron muy emocionados”, explicó la docente a cargo, Silvina Karina Alegre.

APRENDIENDO MI NOMBRE

“La primera palabra con sentido —agregó— le permite al niño y la niña, iniciar el contacto con el sistema de escritura desde un lugar significativo. A través de su nombre y las letras que lo componen, los y las estudiantes fueron explorando las características del lenguaje escrito (como la direccionalidad, la relación entre sonido y letra, y la estructura de las palabras) en un contexto funcional y propicio para el abordaje de su identidad y el desarrollo de las habilidades motoras finas, siendo una herramienta valiosa para construir saberes en forma progresiva y contextualizada”, dijo por último.

Además de ordenar las letras, la actividad consistió en la producción de carteles donde las y los chicos iban escribiendo sus nombres, para luego poder comparar con sus pares y poder determinar las letras en común entre los nombres de unos y otros.

“Notamos con mucha felicidad que todas las actividades que los vinculan entre sí, especialmente aquellas que tienen las mismas particularidades que esta, les gustan y los motivan”, sintetizó la seño.

Publicado en Actividades, Cultura.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *